Podemos definir una zona ATEX como “Zona en la que pueden formarse atmósferas explosivas, en condiciones habituales de trabajo, en cantidades tales que, resulte necesaria la adopción de precauciones y medidas especiales para proteger la Seguridad y la Salud de las personas trabajadoras.”

En función de ello, hemos de identificar estas zonas, sobre las que, después, se actuará con las medidas de Prevención o mitigación de la explosión.

¿CÓMO IDENTIFICAMOS LAS ZONAS CON RIESGO ATEX?

El primer indicativo de presencia de una zona con riesgo de ATEX será la presencia o empleo de una sustancia que, según el estado y temperatura en que se encuentre, pueda generar una atmósfera potencialmente explosiva.

EN EL CASO DE GASES:

Cualquier gas que tenga características de explosividad, deberá ser tenido en cuenta.  Algunos ejemplos:

  • Metano, propano, butano.
  • Óxido de etileno, acetileno.

Habrá de tenerse en cuenta su uso: no será el mismo nivel de riesgo el derivado de la presencia de una sustancia con empleo en abierto, que la mera presencia de un envase de gas cerrado, en una empresa que se dedica a su transporte. El riesgo existirá, pero sería trivial, o tolerable, con las Medidas Preventivas correspondientes, y no será considerada como zona ATEX, por no ser una condición habitual de trabajo.

EN EL CASO DE LÍQUIDOS:

Aquellos con temperatura de inflamación por encima de la temperatura de empleo, serán los productos que emiten vapores inflamables, por lo que deben ser tenidos en cuenta. Igualmente, aquellos líquidos con temperatura de inflamación por debajo de la temperatura de empleo, aunque no produzcan vapores inflamables, podrían ser origen de atmósferas explosivas si se pudiera producir un aerosol o niebla. Algunos ejemplos:

  • Por temperatura de inflamación baja: Gasolinas, alcoholes, disolventes, derivados ligeros del petróleo.
  • Por temperatura de inflamación alta (nieblas, etc.): gasóleo, parafinas, etc. Al igual que en el caso anterior, la forma de disposición, manipulación, trasvase y empleo será fundamental a la hora de valorar el riesgo.

En el caso de los sólidos, aquellas sustancias combustibles que se encuentren en la granulometría adecuada, podrán generar atmósferas explosivas. Existen tablas sobre este tamaño de partícula, pero, no obstante, las tablas de datos de seguridad sólo se utilizan a título de orientación, porque los valores dependen de la repartición granulométrica y de la forma de las partículas, del contenido de humedad y de la presencia de aditivos, incluso en pequeñas proporciones. 

Es importante leer y conocer todas las indicaciones para realizar un correcto uso de las sustancias o productos que manipulamos.

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