¿Sé donde se encuentra la sílice?

¿Conozco los efectos que pueden provocar? 

La sílice, es un componente básico de la tierra y de otros muchos minerales, que puede presentarse en forma cristalina o amorfa. Lo podemos encontrar por tanto en depósitos sedimentarios y en productos creados artificialmente.

Dentro del ámbito laboral lo más común es estar expuesto a sílice cristalinala cual está presente en el cuarzo, material que encontramos en la mayoría de los tipos de roca.

Para poder hablar de sílice cristalina es necesario que el cuarzo haya alcanzado temperaturas superiores a 800ºC.

Para hablar de fuentes de exposición, hay que abrir mucho el abanico de profesiones, puesto que como hemos comentado se encuentra en numerosos minerales. De esta manera y a modo de resumen, estarán expuestos todos aquellos trabajadores en los que en su trabajo realicen operaciones en las que se trituran, cortan, perforan, tallan o muelen materiales o productos artificiales que contengan este material.

A modo de ejemplo, se podría encontrar este material en las siguientes actividades del sector industrial:

  • Áridos
  • Industria cerámica
  • Industria del vidrio
  • Industria de la fundición
  • Industria de la siderometalúrgia

A todas estas situaciones, a las que podemos denominar como habituales ó contraladas ya que se conocen las medidas preventivas a adoptar en cada situación, hay que añadir la aparición de nuevos materiales que en su composición existe un elevado porcentaje de sílice cristalina, lo cual provoca que sectores y/o actividades que hasta el momento no estaban expuestos a este riesgo laboral, lo estén ante esta evolución en el proceso.

Una vez que sabemos que es, y hemos identificado donde podemos encontrar la sílice cristalina, llega la hora de ver cuáles son los principales efectos que provoca.

En contacto directo con la piel provoca irritación en la piel y/u ojos; por otra parte en caso de que sea ingerida en grandes cantidades puede provocar irritación y bloqueo gastrointestinal.

Pero de todos los efectos que provoca son los respiratorios los que peores consecuencias pueden tener, ya que puede llegar a provocar cáncer de pulmón, enfermedad renal, pérdida de función pulmonar, incremento del riesgo de padecer tuberculosis y neumoconiosis en distintos grados:

  • Silicosis crónica: Aparece después de varios años de exposición a concentraciones moderadas o bajas.
  • Silicosis aguda: Evoluciona en corto periodo de tiempo, meses o muy pocos años, cuando se ha estado expuesto a concentraciones muy altas.
  • Silicosis acelerada: Su evolución se encuentra entre la silicosis aguda y crónica, que puede aparecer tras 5-10 años de exposición a concentraciones elevadas...

¿Hay que llevar a cabo alguna actuación?

Es habitual encontrarnos con argumentos a favor de no llevar a cabo ninguna actuación, por pensamientos como:

 “Siempre hemos trabajado con polvo y nadie se ha estado enfermo”

“No hay mucho polvo”

“Los trabajadores tienen las mascarillas adecuadas, pero no las utilizan”….

Pero tenemos que ser realistas y darnos cuenta de que estos comentarios no son adecuados, ya que como hemos visto:

  • Los efectos en la salud se dan a largo plazo, no ocurren de un día a otro.
  • Que algo no se vea, no quiere decir que no sea peligroso. De hecho las partículas más pequeñas son las que más daños pueden provocar.
  • Los equipos de protección individual tienen que utilizarse en último lugar, es decir, como última alternativa para garantizar la seguridad y salud de los trabajadores. Además en la elección de las mismas es necesario que se tenga en cuenta la opinión de estos.

Por todo esto, y para garantizar la seguridad y salud de los trabajadores, en todas aquellas actividades en la que estén expuestos al riesgo de exposición a sílice cristalina, se deberán llevar a cabo una serie de medidas preventivas.

Estas medidas preventivas se encuentran recogidas en el Real Decreto 374/2001, sobre la protección de la salud y seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con los agentes químicos, durante el trabajo.

A modo de resumen podemos indicar que las medidas preventivas deben ir dirigidas a la eliminación o reducción al mínimo de los riesgos derivados de la presencia en el ambiente de ese agente químico, siempre manteniendo una coherencia con la Evaluación de Riesgos, ya que no podemos aumentar el peligro en otros riesgos al minimizar otro riesgo presente en el trabajo.

Por este motivo, en primer lugar se debería eliminar del proceso productivo cualquier material que en su composición tenga sílice. En caso de que esto no sea posible, habrá que implantar medidas encaminadas a minimizar la generación de polvo y evitar la presencia en el ambiente.

¿Cómo lo hacemos?

1.- Evitar y cuando no sea posible reducir la emisión de polvo.

2.- Evitar y cuando no sea posible reducir la dispersión del polvo al ambiente.

3.- Limpieza periódica de los equipos y de las zonas de trabajo. 

Una vez implementadas las medidas preventivas encaminadas a eliminar o reducir la presencia en el ambiente del agente químico, y a modo de comprobación, es necesario realizar mediciones ambientales periódicas, para comprobar que los valores del agente químico presentes en el ambiente se encuentran por debajo de los límites legales establecidos, y que de esta manera las  medidas preventivas han sido efectivas.

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